TEORÍA PSICOSOCIAL
ERIK ERIKSON
Elaboró una Teoría del
desarrollo de la personalidad a la que denominó "Teoría
psicosocial". En ella describe ocho etapas del ciclo vital o estadios
psicosociales (crisis o conflictos en el desarrollo de la vida, a las que han
de enfrentarse las personas).
1.
Confianza
básica vs. desconfianza.
(Desde el nacimiento
hasta aproximadamente los 18 meses). Es la sensación física de confianza. El
bebe recibe el calor del cuerpo de la madre y sus cuidados amorosos. Se
desarrolla el vínculo que será la base de sus futuras relaciones con otras
personas importantes; es receptivo a los estímulos ambientales es por ello
sensible y vulnerable, a las experiencias de frustración son las experiencias
más tempranas que proveen aceptación, seguridad, y satisfacción emocional y
están en la base de nuestro desarrollo de individualidad. Depende entonces del
sentimiento de confianza que tengan los padres en sí mismos y en los demás, el
que lo puedan reflejar en sus hijos.
2.
Autonomía
vs. vergüenza y duda
(Desde los 18 meses hasta los 3
años aproximadamente). Esta etapa está ligada al desarrollo muscular y de
control de las eliminaciones del cuerpo. Este desarrollo es lento y progresivo
y no siempre es consistente y estable por ello el bebe pasa por momentos de
vergüenza y duda. El bebe inicia a controlar una creciente sensación de
afirmación de la propia voluntad de un yo naciente, se afirma muchas veces
oponiéndose a los demás. El niño empieza a experimentar su propia voluntad
autónoma experimentando fuerzas impulsivas que se establecen en diversas formas
en la conducta del niño, y se dan oscilando entre la cooperación y la
terquedad, las actitudes de los padres y su propio sentimiento de autonomía son
fundamentales en el desarrollo de la autonomía del niño. 1
3.
Iniciativa
vs. culpa
(Desde los 3 hasta los 5
años aproximadamente). La tercera etapa de la Iniciativa se da en la edad del
juego, el niño desarrolla actividad, imaginación y es más enérgico y locuaz,
aprende a moverse más libre y violentamente, su conocimiento del lenguaje se
perfecciona, comprende mejor y hace preguntas constantemente; lo que le permite
expandir su imaginación. Todo esto le permite adquirir un sentimiento de
iniciativa que constituye la base realista de un sentido de ambición y de
propósito. Se da una crisis que se resuelve con un incremento de su sensación
de ser él mismo. Es más activo y está provisto de un cierto excedente de
energía, es posible ocuparse de qué es lo que se puede hacer con la acción;
descubre lo que puede hacer junto con lo que es capaz de hacer.
4.
Laboriosidad
vs. inferioridad
(Desde los 5 hasta los 13 años aproximadamente). Es
la etapa en la que el niño comienza su instrucción preescolar y escolar, el
niño está ansioso por hacer cosas junto con otros, de compartir tareas, de
hacer cosas o de planearlas, y ya no obliga a los demás niños ni provoca su
restricción. Posee una manera infantil de dominar la experiencia social
experimentando, planificando, compartiendo. Llega a sentirse insatisfecho y
descontento con la sensación de no ser capaz de hacer cosas y de hacerlas bien
y aún perfectas; el sentimiento de inferioridad, le hacen sentirse inferior
psicológicamente, ya sea por su situación económica- social, por su condición
"racial" o debido a una deficiente estimulación escolar, pues es
precisamente la institución escolar la que debe velar por el establecimiento
del sentimiento de laboriosidad.
5. Identidad frente a confusión de papeles
Durante la adolescencia, la transición de la
niñez a la edad adulta es sumamente importante. Los niños se están volviendo
más independientes, y comienzan a mirar el futuro en términos de carrera,
relaciones, familias, vivienda, etc. Durante este período, exploran las
posibilidades y comienzan a formar su propia identidad basándose en el
resultado de sus exploraciones. Este sentido de quiénes son puede verse
obstaculizado, lo que da lugar a una sensación de confusión sobre sí mismos y
su papel en el mundo.
6. Intimidad frente a aislamiento
En la adultez temprana, aproximadamente desde
los 20 a los 25 años, las personas comenzamos a relacionarnos más íntimamente
con los demás. Exploramos las relaciones que conducen hacia compromisos más
largos con alguien que no es un miembro de la familia. Completar con acierto
esta etapa puede conducir a relaciones satisfactorias y aportar una sensación
de compromiso, seguridad, y preocupación por el otro dentro de una relación.
Erikson atribuye dos virtudes importantes a la persona que se ha enfrentado con
éxito al problema de la intimidad: afiliación (formación de amistades) y amor
(interés profundo en otra persona). Evitar la intimidad, temiendo el compromiso
y las relaciones, puede conducir al aislamiento, a la soledad, y a veces a la
depresión.
7. Generatividad frente a estancamiento
Durante la edad adulta media, en una etapa que
dura desde los 25 hasta los 60 años aproximadamente, establecemos nuestras
carreras, establecemos una relación, comenzamos nuestras propias familias y
desarrollamos una sensación de ser parte de algo más amplio. Aportamos algo a
la sociedad al criar a nuestros hijos, ser productivos en el trabajo, y
participar en las actividades y organización de la comunidad. Si no alcanzamos
estos objetivos, nos quedamos estancados y con la sensación de no ser
productivos.
No alcanzar satisfactoriamente la etapa de
generatividad da lugar a un empobrecimiento personal. El individuo puede sentir
que la vida es monótona y vacía, que simplemente transcurre el tiempo y
envejece sin cumplir sus expectativas. Son personas que han fracasado en las
habilidades personales para hacer de la vida un flujo siempre creativo de
experiencia y se sienten apáticos y cansados.
8. Integridad
del yo frente a desesperación
Mientras envejecemos y nos jubilamos, tendemos a
disminuir nuestra productividad, y exploramos la vida como personas jubiladas.
Durante este periodo contemplamos nuestros logros y podemos desarrollar
integridad si consideramos que hemos llevado una vida acertada.
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